VICENÇ BATALLA. La reina del Sónar de los 25 años fue, sin duda, la joven Rosalía que a punto de publicar nuevo álbum totalmente compuesto por ella misma ha dado un golpe de efecto para equipararse a las divas del R&B del otro lado del Atlántico. Abanderada de una nueva generación de artistas locales, asegura que el festival no tenga que vivir solo de las vacas sagradas. Junto a las buenas actuaciones de Gorillaz, LCD Soundystem y Richie Hawtin, otras figuras extranjeras emergentes como Laurel Halo, SOPHIE, Chino Amobi o GoldLink piden paso para sacudir los conformismos. Fuera de categoría, Ryuichi Sakamoto explora nuevos territorios sonoros acompañado de un Alva Noto que le acerca cada vez más a la mejor música contemporánea. Repaso por ítems de esta nueva cita barcelonesa que en 2019 vuelve con un desplazamiento al mes de julio por una feria textil intercalada (sic).
ROSALÍA Y AFINES
Solo pudimos ver el último tema, porque la actuación duró un cuarto de hora menos de lo previsto. Pero tuvimos suficiente. Haciendo un eslalon por la cortina roja de la izquierda del SonarHall, nos situamos justo de perfil a la pasarela que había hecho instalar (como el año pasado Arca) para realizar una actuación coreográfica con sus ocho bailarinas mientras detrás El Guincho (productor de su inminente El mal querer) le lanzaba las bases y Los Mellis le hacían las palmas.
Nos quedamos asombrados por la ambición de esta chica de Sant Esteve Sesrovires (sur de Barcelona) de 25 años (nacida casi con el festival) que puede pasar de grabar un disco de flamenco jondo y heterodoxo (Los Ángeles, el año pasado) a plantearse ya unir esta tradición con los sonidos urbanos más actuales y hacerle la competencia a las divas norteamericanas y británicas. Porque, sobre el escenario, su seguridad es absoluta y las primeras canciones que nos llegan de su nuevo trabajo no únicamente son virales (Malamente) sino rotundas. Y no le dan miedo los escepticismos que pueda generar esta osadía ni las polémicas taurinas del mismo Malamente.
Su acompañante en Los Ángeles, Raül Fernández aka Refree, estrenó el mismo día su nuevo proyecto electrónico secundado por dj Ylia y visuales del realizador Isaki Lacuesta. La incursión de este reputado productor de otras voces del flamenco y la canción catalana y con pasado de grupo hardcore se salda con todo un reciclaje de los sonidos más oscuros del techno quizás aun por pulir pero con personalidad propia cuando añade su canto inconformista. Lacuesta, por su parte, prepara así la retrospectiva con videoinstalaciones que le dedicará el Centro Pompidou parisino en otoño que viene.
‘REGUETON’, ‘TRAP’ Y ACTITUD
Definitivamente, este ha sido el año en que los sonidos latinos más se han escuchado en el espacio central del SonarVillage de día (el dj francés King Doudou y el norteamericano Dre Skull). Y el público, local y guiri, no solo no le ha hecho ascos sino que lo ha bailado con alegría. ¡Quien nos lo tenía que decir en 1994 cuando los expectadores se disfrazaban con ropa fluorescente para alejarse lo máximo posible de la salsa! En este cambio de mentalidad, tiene que ver que los artistas jóvenes mezclan ahora muchas más influencias y se han contagiado de lo que viene del Caribe, Centro y Sudamérica.
Uno de los casos claros es la argentina, actualmente residente en Barcelona, Nathy Peluso. Provocadora en las formas, de hecho hace una reinterpretación de la historia de la música negra con su excelente voz introduciendo elementos personales y un curioso spanglish. El senegalés Lory Money también practica una mezcla de rap muy personal y divertido sacando de ello una crónica social y política con títulos como Ola k ase o Independent (yo empecé el prucés). Desde Mallorca (ya que el programado inicialmente Valtònyc también lo tenemos exiliado en Bruselas), Rels B apareció rodeado de su dj y voces masculina y femenina. Y la banda de hip hop instrumental barcelonesa Big Menu trajo hasta cinco MC para convertir el escenario Red Bull en una fiesta con sofá incluido.
SOPHIE Y CHINO AMOBI
Lo que tienen en común la británica SOPHIE (en mayúsculas, aunque en el título del artículo nos lo habría distorsionado) y el norteamericano Chino Amobi es que hacen música electrónica y pertenecen a la comunidad queer. Y que su música es muy excitante. Sophie Xeon, escocesa transgénero emigrada a Los Ángeles, está detrás de producciones para Madonna, Charlie XCX o Vince Staples. Pero en 2015 editó un primer álbum recopilatorio Product y, recientemente, ha publicado el ya imprescindible para 2018 Oil of every pearl’s un-insides. Ante el público y acompañada de más bailarinas, su espectáculo conecta la época dorada de la música disco y los primeros artistas que jugaban con la ambigüedad sexual con los sonidos más contemporáneos que avanzan el futuro. Esta actitud tuvo un colofón apoteósico cuando cantó y bailó las últimas canciones con el torso desnudo en una especie de éxtasis místico.
Por su parte, Chino Amobi también entró en trance sobre sus bases industriales y tóxicas cuando agarraba el micro y se dedicaba a rapear sus mensajes de denuncia. Negro y homosexual, su doble condición de minoría se multiplica con el uso de estos sonidos radicales que merecieron que la revista de referencia Wire considerara su álbum Paradiso como el mejor del año pasado. Desde luego, el collage sónico del que está constituido refleja a la perfección el mundo que nos rodea.
Y, para redondearlo, por la noche actuó Octo Octa: un juego fonético para Maya Bouldry-Morrison que empezó en San Francisco como productor house masculino y que, actualmente, es una productora femenina que aplica al género buenas dosis de cuerdas y aparatos analógicos. En directo y con los pies descalzos, pareció más oscura y endurecida.
LAUREL HALO Y LANARK ARTEFAX
De majestuoso se puede definir el concierto de la norteamericana Laurel Halo que, pese a tener la competencia de Rosalía, nos mantuvo sentados en el auditorio con su avant-jazz y avant-pop convenientemente aliñado por la batería experimental del neoyorquino York Eli Keszler. La primera parte instrumental supuso un viaje psicodélico tan digital como orgánico. La segunda, con la cálida voz de Halo, dejaba en evidencia muchos de los aprendices del autotune y recordaba que su tercer álbum Dust contiene un potencial para rivalizar con cualquiera de las actuales figuras en voga. Incluso se permitió la autoridad de retirar la humareda que le lanzaban en el escenario con dos simples gestos con la mano izquierda. Una autoridad que debería llamar la atención del público jazz y pop.
El otro nombre a seguir es el del joven británico Lanark Artefax, un inglés afincado en Glasgow, que con el EP Whities 11 puso en 2017 en alerta a lumbreras como Björk que lo pincha en sus sesiones. Y no únicamente porque lo pinche Björk resulta interesante, sino porque se desmarca de la mayoría de productores de techno y house al aportar un sentido de la melodía y el ritmo muy personales. Mientras actuaban los LCD Soundsystem, lo fuimos a escuchar un rato en una puesta en escena donde destacaba en medio un monolito luminoso con él enjaulado a oscuras a un lado. De nombre real Calum McRae, explica que se quiere dedicar a las bandas sonoras. Haga lo que haga, lo esperaremos.
GOLDLINK Y EL RAP SIN ARTIFICIOS
Sabido es que por muy grandes que sean el Sónar o el Primavera Sound, los raperos estadounidenses de mayor fama esquivan estos festivales. También por sus elevados cachés (o no se presentan a las citas como Frank Ocean o Migos). Por eso era importante asistir al estreno en la Península de GoldLink, natural de Washington DC. En la última edición de los Grammy, ya fue finalista por su segundo álbum At what cost. Lejos de los artificios de algunos de sus correligionarios, Anthony DeCarlos mostró una gran naturalidad, rapeando y cantando según el momento, y exhibiendo un flow que le acerca al nivel de gente como Drake.
Como productores, GoldLink cuenta con el canadiense Kaytranada y el californiano Joe Kay quien se encargó de calentar su salida con un repertorio de música negra como buen representante que es del colectivo Soulection de Los Ángeles. Antes, disfrutamos del directo de la también angelina TOKiMONSTA.
La primera noche, había sido el turno para el precoz sueco Yung Lean pero su rap millenial, con bases trap, acaba cansando. Por cuestiones logísticas nos perdimos Oddisee, otro originario de Washington. Una lástima, porque se presentó con su banda Good Compny para continuar oxigenando con funk las rimas de su último disco The iceberg. Quien, finalmente, no vino fue el padrino del grime británico Wiley.
Y, desde un punto de vista más conceptual, el proyecto Grace And The Color Of Sound es la nueva apuesta de M.Sayyid procedente del grupo de hip hop underground Antipop Consortium. Compuesto de electrónica, visuales y una bailarina, solo pudimos ver el final pero nos causó una muy buena impresión.
GORILLAZ, LCD SOUNDSYSTEM Y THOM YORKE
Y como lo presagiábamos en la crónica anterior, la prometedora rapera inglesa Little Simz intervino en el concierto de los Gorillaz la noche del viernes cantando el bonus Garage palace del álbum Humanz. Con una energía increíble. No le tembló la voz sabiendo que también compartía escena con los rapers Posdnuos y Dave de De la Soul. Con estas credenciales, Damon Albarn y su socio Jamie Hewlett para esta banda virtual no podían defraudar. Y, de hecho, su actuación fue una celebración de pop bailable que anuncia ya el nuevo álbum a punto de editarse The now now.
Al día siguiente, el retorno con gracia de los LCD Soundsystem (y un James Murphy multiplicado con sus sesiones maratonianas en la carpa DESPACIO) también estuvo a la altura. Banda al completo y seis coristas (cuatro mujeres y dos hombres) para dar vida a su American dream, que sube el listón respecto a sus discos de antes. No siempre estos regresos cumplen con las expectativas y los grupos acaban interpretando sus temas antiguos para hacerse aplaudir. Pero con la fuerza en directo de canciones como Tonite, los LCD no tienen nada que temer. Incluso cuando la intensidad baja un poco en un recinto tan grande con su repertorio más íntimo.
En cambio, estas circunstancias se le volvieron en contra a Thom Yorke cuando apareció ya entrada la madrugada para transformar para la pista sus incursiones electrónicas fuera de Radiohead. A pesar de estar acompañado del productor Nigel Godrich y los originales visuales de Tarik Barri, la aceleración de sus composiciones provocó que se desdibujaran y la voz de Yorke quedó desubicada.
DE PLASTIKMAN A LIBERATO
La virtud del catalán Oriol Riverola, aka John Tabalot, es conseguir hacer bailar a la gente sin necesidad de pasar nunca de los 140 bpm. A partir de medianoche, hay muy pocos djs que sean capaces de descender de los 160. Y cuando en medio de sus seis horas en la carpa del SonarCar accedimos en un momento de receso al interior, Talabot seguía pinchando a esta moderada velocidad temas de nu-disco y house tribal con la elegancia que lo caracteriza. Por qué ir a buscar fuera lo que tenemos en casa.
Capítulo aparte merece el canadiense Richie Hawtin, un histórico del festival. Los últimos años, alternaba proyectos conceptuales con sets demasiado previsibles fruto de sus escapadas a Ibiza. Pero en esta ocasión nos quiso obsequiar con el directo Close, que hacía referencia a su disco Closer y la época como Plastikman en que experimentaba con los ritmos con un minimalismo que creó escuela. Su actuación, con un bucle inacabable del mejor techno de Detroit, nos transportó a aquellos años en que la espiral parecía infinita. En la pista, viejas y nuevas generaciones sudando la gota gorda.
El contrapunto lo puso el italiano Lorenzo Senni, como cierre del diurno SonarHall en que demostró una vez más que de la década de los noventa se puede aprovechar casi todo y todavía más si se añade una buena dosis de humor. Su secreto es no tomarse demasiado en serio. El contrapunto del contrapunto lo estableció el también italiano Liberato, quien ha generado toda una nueva comunidad de insumisos en la Italia posdemocrática a partir de sus himnos napolitanos sacudidos por el spaguetti-disco y su carácter anónimo.
APUNTES LOCALES
Y, si entramos en temas políticos, lo más directo fueron los visuales del terrasense Juanjo Fernández (la mitad de The Suicide of Western Culture), con el alias Gnomalab, para ilustrar la opresiva atmósfera del barcelonés Pina que prepara disco para Lapsus Records. Nos explicaron que habían aparecido imágenes de las hostias de la policía nacional y la guardia civil a los votantes catalanes del referéndum del uno de octubre. Nosotros llegamos cuando descomponían el retrato del rey Felipe VI.
No fueron las únicas referencias a la actualidad más inmediata. El retrato (silbado) de Donald Trump se colaba a menudo en otros visuales de artistas anglosajones. Y donde más, en el del dueto de Manchester Demdike Stare sirviéndose del artista Michael England quien efectuó un recorrido por la América de los pobres y las minorías en contraste con la figura narcisista y xenófoba del presidente de Estados Unidos.
ALVA NOTO-RYUICHI SAKAMOTO
El alemán Alva Noto protagonizó un primer concierto en el SonarHall con el material de su reciente UNIEQAV en que música e imágenes (del mismo Carsten Nicolai) se compenetraban perfectamente en su búsqueda de la alquimia electrónica. En directo, la música del berlinés gana en capacidad inmersiva.
Su colaboración con el mito japonés Ryuichi Sakamoto ya entra en la categoría de música contemporánea. La más estimulante que se pueda hallar. La simbiosis entre ambos artistas es actualmente envidiable. Tras quince años de ir intercalando trabajos puntuales, en vez de domesticarse, aun se aventuran más. Y el ex Yellow Magic Orchestra no tiene complejos en escarbar en el interior de su piano para hacer ruidos con sus manos o con objetos. Así comenzó su intervención de clausura del festival en el Teatre Grec, mientras Noto iba poniendo en marcha todos sus artilugios aunque de manera sobria y ambiental para dejar el máximo margen posible al maestro. De fondo, en este caso unas imágenes sintéticas onduladas sobre un rectángulo. Resumida, la historia de la música del siglo XX y la de mañana al tiempo que se mantiene la emoción y la magia del momento.
EL AÑO QUE VIENE, DEL 18 AL 20 DE JULIO
Nos hemos dejado otras actuaciones y sesiones por destacar (el batería Tony Allen con la voz del detroitino AMP Fiddler o el homenaje póstumo a Mika Vainio de Ilpo Vaisanen y Scheneider™), y nos hemos ahorrado otros que no nos gustaron, pero quizás toca ya cerrar este resumen y dar cita para el año que viene. Esperando, por otro lado, disponer de más margen para recorrer y comentar el Sónar+D. No es fácil cuando el festival celebra su cuarto de siglo consolidándose con una asistencia récord de 126.000 espectadores.
Y con el contrasentido de que una feria de maquinaria textil ITMA en los recintos de Montjuïc obliga a trasladar por primera vez las fechas del certamen de junio a julio. Concretamente, del 18 al 20. Parece ser que estas máquinas textiles ocupan tanto espacio que aunque se vayan antes los ordenadores no hay suficiente tiempo para montarlas. Dos conceptos socio-económicos completamente diferentes.
Ahora se tendrá que ver si, este corrimiento de un mes, afectará al público habitual. Teniendo en cuenta que las fechas coincidirán con otros festivales en la Península y el Doctor Music vuelve a los Pirineos precisamente una semana antes. Lo que es seguro es que todavía pasaremos más calor de lo acostumbrado.
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