El Km. 0 pospandemia de Las Noches de Fourvière y la Bienal de la Danza en Lyon con ‘Alarm clocks’ de Camille y Robyn Orlin

MEHDI BENKLER | El solo de Camille coreografiado por Robyn Orlin <em>Alarm clocks</em>, en septiembre pasado en La Bâtie-Festival de Ginebra
MEHDI BENKLER | El solo de Camille coreografiado por Robyn Orlin Alarm clocks, en septiembre pasado en La Bâtie-Festival de Ginebra

VICENÇ BATALLA. El calendario del desconfinamiento en Francia ha favorecido que Las Noches de Fourvière, anuladas el año pasado, y la Bienal de Danza, aplazada en septiembre, se pongan de acuerdo para una inauguración conjunta el primero de junio a modo de kilómetro cero pospandemia para la cultura en Lyon. Esta será la oportunidad para poder presentar en buenas condiciones la creación Alarm clocks, un solo de la cantante y bailarina Camille coreografiado por la sudafricana Robyn Orlin sobre el motivo del agua en la escena del Gran Teatro galo-romano. Se celebran los 75 años de Las Noches de Fourvière, nacidas en 1946 de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial con un espíritu de renacimiento por el arte dramático, lírico y contemporáneo. La Bienal de Danza es la mitad más joven, con su decimonovena edición, y mantiene su carácter internacional pese a las dificultades de la situación.

En total, no menos de un centenar de espectáculos y conciertos se sucederán durante los meses de junio y julio en Lyon en las colinas galo-romanas, pero también por numerosos lugares de la ciudad y su área metropolitana. Primero, con la Bienal del 1 al 16 de junio, que organiza un fin de semana especial e interactivo en las antiguas Fábricas Fagor del 11 al 13. Simultáneamente, Les Nuits reducen de doce a cuatro las escenas para sus representaciones hasta el 30 de julio pero anuncian dobles conciertos de Benjamin Biolay, Alain Souchon y Pomme y triple de Woodkid. Detrás de los nombres más conocidos, en danza, en teatro y en música, encontramos una oferta intergeneracional y heteróclita, con el acento puesto en la temporada Africa2020 en França. Recorrido resumido de dos meses de desconfinamiento cultural en tierras lionesas con las declaraciones que nos han hecho el director de Les Nuits, Dominique Delorme, y la directora de la Bienal, Dominique Hervieu. 

“Todo el equipo se halla a su vez muy movilizado y trabaja de forma eficaz y, al mismo tiempo, todo es muy tenso; pero es formidable poder hacerlo”, explica aliviado por teléfono Dominique Delorme de una edición de Las Noches de Fourvière que cubre el vacío de 2020. “El lado positivo es el ejercicio de ir a lo esencial para preservar las prioridades y el espíritu de la Bienal”, nos contesta por escrito por su parte Dominique Hervieu, que ha conseguido mantener la mayoría de los espectáculos previstos en otoño pasado. Y ambos han encontrado natural unir sus fuerzas para compartir hasta tres de estos espectáculos en el Gran Teatro de Fourvière porque las fechas les han hecho coincidir. Aparte de la pieza de apertura, Alarm clocks el 1 y 2 de junio, también programan conjuntamente Omma (8 y 9 de junio), del franco-húngaro Josef Nadj, con ocho bailarines africanos, y Room with a view (13 y 14 de junio), del músico de electrónica Rone y el colectivo (LA)Horde con el Ballet Nacional de Marsella y cuyas funciones en el Teatro del Châtelet parisino en marzo del año pasado se quedaron a medias por el primer confinamiento.

Los 75 años de historia del festival en Fourvière

KEN HERMANN | El cartel de la edición 2021 de Las Noches de Fourvière, con una foto del danés Hermann hecha en el mercado de las flores Malik Ghat de Calcuta
KEN HERMANN | El cartel de la edición 2021 de Las Noches de Fourvière, con una foto del danés Hermann hecha en el mercado de las flores Malik Ghat de Calcuta

Delorme explica que, de hecho, no fue hasta el 18 de febrero pasado cuando tuvieron la certeza de que podrían organizar Les Nuits y, hace escasamente una decena de semanas, que comenzaron a darle forma. Y tiendo en cuenta los nuevos datos económicos a causa de la limitación de los aforos por la crisis sanitaria. Habitualmente, los billetes que se ponen a la venta se acercan a los 190.000 y, en cambio, este año solo son 75.000, menos de la mitad. Pero los 75 años de historia de un festival creado por la figura política local, Édouard Herriot, les proporciona la inspiración. “Esto quiere decir que ya ha atravesado muchas cosas de la historia, y que sabe adaptarse”, pone en perspectiva su director que lo es desde haca dos décadas. “En este sentido, la adaptación es mucho más fácil que en los festivales de músicas actuales los cuales únicamente se pueden hacer con la gente de pie en una gran explanada, en un parque. Nosotros, nos hallamos en un teatro, está claro galo-romano, pero al que podemos reducir en función de las necesidades”.

De las alrededor de 140 representaciones cada año, 110 son veladas de teatro, danza, circo y música sentados y, una treintena, conciertos donde se puede estar de pie en el foso. En esta ocasión, por las medidas sanitarias y un aforo del 65% al aire libre, todos los espectáculos serán sentados. Por otra parte, el anuncio que a partir de julio los aforos podrán ser del 100% depende en última instancia de una decisión del prefecto que puede variar de un departamento a otro del país. “Yo no hago apuestas. Las haré a partir del momento en que haya un decreto que me autorice a disponer de otro aforo”, afirma realista Delorme.

“Esto tiene como consecuencia una menor oferta y menos espectáculos diferentes”, prosigue el director que ha encontrado como alternativa doblar o triplicar las jornadas no solo para las obras de teatro y danza como es de costumbre, sino también para algunos conciertos. “Lo que permite recibir a todo el público, que normalmente hubiera venido a una única representación con aforo al cien por cien”.

Una Bienal con 22 creaciones

TATIANA WILLS | El cartel de la Bienal de Danza 2021, a partir de una imagen del bailarín estadounidense Kyle Abraham
TATIANA WILLS | El cartel de la Bienal de Danza 2021, a partir de una imagen del bailarín estadounidense Kyle Abraham

En cuanto a la Bienal de Danza, Hervieu se felicita por haber podido conservar las 22 creaciones previstas al principio. “Aplazar la Bienal a una fecha posterior nos resultó evidente más que anular simplemente esta edición”. Así, están programados hasta 52 coreógrafos venidos de Europa y África. La diferencia con Les Nuits es que la Bienal no cuenta con un solo epicentro para las representaciones sino con una veintena, aparte de la Maison de la Danse de donde Hervieu también es la directora desde 2003 proveniente del Teatro Nacional de Chaillot de París. Y que, fuera de los espectáculos al aire libre en Fourvière, todo el resto se hace en salas en el interior donde el aforo está limitado ahora al 35% y, a partir del 9 de junio, al 65%. “Algunos espectáculos de grandes ballets, como el Ballet Preljocaj (‘El lago de los cisnes’, en otoño en la Maison de la Danse) o el Ballet BC de Vancouver no se han podido conservar en este programa apretado a causa del aforo reducido”, reconoce Hervieu.

Pasa algo parecido con Les Nuits, que aplaza a 2022 el espectáculo de teatro y magia de Yann Frisch del cual es coproductor. Pero recupera el del Grupo Acrobático de Tánger & Maroussia Diaz Verbèke FIQ ! (Réveille-toi), que tenía que abrir el festival en 2020. Y diferente es el caso de las representaciones que han empezado en la Ópera de Lyon de El gallo de oro, de Rimski-Korsakov y dirección del australiano Barrie Kosky, en que el toque de queda aún a las 21h impide que se pueda proyectar en pantalla grande en Fourvière como se había planificado.

Otra colaboración conjunta de ambos festivales es el desfile de la Bienal, que obligados por la Covid este año se celebra únicamente con el público de las familias de los grupos participantes el 5 y 6 de junio en el Gran Teatro y que será difundido por la televisión France 3 Auvernia-Ródano-Alpes. En total, doce comparsas de toda la región acompañadas de artistas africanos bajo el leitmotiv de la resiliencia subirán a escena y estarán rodeadas también de marionetas gigantes, una performance dibujada, una coreografía del nigeriano Qudus Onikeku y un concierto de la malí Fatoumata Diawara (madrina del desfile junto a la coreógrafa senegalesa Germaine Acogny).

Todos estos espectáculos en común con Les Nuits son definidos por Hervieu como “una baza”. “La solidaridad y la cooperación entre nosotros han sido una fuerza para nuestros dos acontecimientos”. Delorme reincide sobre esta asociación y la apertura conjunta el uno de junio: “será un poco el punto de anclaje, el punto de arranque de la temporada de verano de festivales en Lyon tras este episodio sin espectáculos”.

El agua cantada y bailada en un solo

JÉROME SÉRON | La coreógrafa sudafricana Robyn Orlin, detrás del solo <em>Alarm clocks</em> de Camille
JÉROME SÉRON | La coreógrafa sudafricana Robyn Orlin, detrás del solo Alarm clocks de Camille

Precisamente, hablando de la génesis del espectáculo Alarm clocks este ha sufrido muchos contratiempos. Presentado primero en versión reducida a principios de septiembre en el pasado La Bâtie-Festival de Ginebra, la obra tenía que formar parte de la Bienal de la Danza a finales de septiembre. Y, después, ir a la Filarmonía de París que era uno de los coproductores. Pero el nuevo confinamiento de la cultura en Francia hizo imposible estas dos fechas y la Filarmonía no podía volver a programarlo debido al cargado calendario de reapertura. “En ese momento, el espectáculo se consideraba como perdido. En la discusión que tuve con Dominique Hervieu, le propuse volverlo a repescar”, precisa Delorme que también lo había visto en Ginebra. Compraron su parte de la coproducción a la Filarmonía y, en Fourvière, se verá una versión más desarrollada.

En escena, la cantante Camille en solo retoma a capela algunos de sus temas alrededor del agua y otras versiones para la ocasión cubierta con un inmenso vestido compuesto de un mosaico de plásticos usados que se despliegan progresivamente para transformarla en La dama del lago según la coreografía de Robyn Orlin. De hecho, Orlin ha subtitulado el espectáculo: alarm clocks are replaced by floods and we awake with our unwashed eyes in our hands … a piece about water without water.

Camille, música y performer, que ya nos encandiló en Fourvière en 2017 con su último álbum Ouï, y la iconoclasta Orlin habían trabajado juntas anteriormente en 2011 en un espectáculo de su precedente álbum Ilo veyou, en la capilla del Convento de los Recoletos parisino. Solo faltará presencialmente el coro sudafricano Phuphuma Love Minus, quien recupera los cantos rurales de los zulús inmigrados a los suburbios de Durban y Johannesburgo. Pero estarán en vídeo. “Esta creación todavía será « posconfinamiento » porque los Phuphuma Love Minus estarán presentes en pantalla”, recuerda Hervieu. “Espero que este espectáculo tenga una segunda vida con todos los artistas sobre la escena”.

La presencia del África contemporánea 

SÉVERINE CHARRIER | Los ocho bailarines africanos del espectáculo <em>Omma</em>, dirigido por Josef Nadj
SÉVERINE CHARRIER | Los ocho bailarines africanos del espectáculo Omma, dirigido por Josef Nadj

Este es otro de los obstáculos del momento, con unos desplazamientos que aún están restringidos a nivel internacional y, sobre todo, desde el exterior de las fronteras europeas. El programa de Les Nuits cuenta con la cantante norteamericana de jazz Melody Gardot, pero que vive en París. Ocurre algo parecido con el cantante israelí de atmósferas pop-rock Asaf Avidan, que reside en Italia. El problema ha provenido, por ejemplo, para el concierto 3MA, con el malí de la kora Ballaké Sissoko, el marroquí del laúd Driss El Maloumi y el malgache de la valiha Rajery. El primero está en Francia, pero los otros dos viven en sus países respectivos. “Estamos mirando la manera de hacerlos venir, y no será fácil”, admite Delorme. De hecho, finalmente el concierto no puede celebrarse en este formato y Sissoko actuará con su conocido amigo francés de intercambios, el violoncelista Vincent Ségal. “En cambio, para el espectáculo de Josef Nadj, con ocho bailarines africanos, no tenemos problemas porque todos se hallan en Europa”, añade el programador.

Deseamos la misma suerte logística a la Bienal, que programa artistas de dieciséis países africanos diferentes. Para Hervieu, esta presencia quiere mostrar la renovación que se está produciendo en el continente. “Se siente que musical y coreográficamente algo está pasando en África. Está relacionado con la nueva generación que se escapa de la referencia única a Europa. Es un verdadero viaje entre tradiciones e hipermodernidad. Sus inspiraciones vienen hoy de Instagram y del mundo entero, sus bailes urbanos y de club también representan una gran riqueza para la creación actual”.

Son un ejemplo de ello, la decana Germaine Acogny (reciente León de Oro de la Bienal de Venecia) que actuará con el solo autobiográfico À un endroit du début puesto en escena por el franco-alemán Mikaël Serre; Qudus Onikeku con su creación Re:INCARNATION, sobre el eco actual en las músicas urbanas del afro-beat nigeriano; o el burkinés Serge Aimé Coullibaly con su creación 2020 Wakatt (nuestra época), donde trabaja la mirada sobre los desajustes de los cuerpos con la música del francés Magic Malik. Los dos primeros, por otra parte, estarán más tarde en el Festival Grec de Barcelona, así como la nueva creación Transverse orientation del griego Dimitris Papaioannou.

Los conciertos y las obras de teatro

©DR | La anglo-malí Sona Jobarthe, una de las pocas mujeres virtuosas de la <em>kora</em
©DR | La anglo-malí Sona Jobarthe, una de las pocas mujeres virtuosas de la kora

Les Nuits también ofrecen la Polyphonie-Polyfolie, una ópera de África Central, concierto del etnomusicólogo Camel Zekri con el coro de los Pigmeos Aka y las orquestas de trompas de los Banda Linda de la República Centroafricana, en el Museo de las Confluencias. Y, aunque haya menos cabezas de cartel internacionales (Thom Yorke ha vuelto a posponer su gira a 2022 tras haber sido anunciado en Fourvière en 2020; Kate Tempest ha decidido parar de momento sus performances poéticas), la programación se encuentra bien repleta de músicos cercanos: los ya mencionados Benjamin Biolay, Alain Souchon, Woodkid, Pomme, Melody Gardot o Asaf Avidan, y además Jane Birkin, Philippe Katerine, Catherine Ringer, Stephan Eicher, Trio Bernard Lubat, Thomas de Pourquery & Supersonic, Stefano di Batista, Enrico Rava, Selah Sue, Sona Jobarteh, Altin Gün, Arandel, Suzanne o Mogwai entre otros.

Y en teatro, hay que destacar al flamenco Guy Cassiers con sus monólogos adaptados al francés de Antígona en Molenbeek, escrito por Stefan Hertmans y recitado por Ghita Serraj, y el Tiresias de Kate Tempest, con voz de Valérie Dréville, acompañadas ambas por el Quatuor Debussy. También la ópera María de Buenos Aires, de Astor Piazzola, que propone una puesta en escena sin punto de gravedad de la compañía de circo australiana Circa y la interpretación de la Orquesta Nacional de Auvernia. Y Poquelin II, un condensado puesto al día del Burgués gentilhombre y El avaro de Molière de la tropa también flamenca tg STAN. Además de Comprendre & Des mots sur les maux, de Sonia Bester (hermana de Camille quien ha compuesto la música) y la Compagnie Madamelune sobre el dolor después de un trabajo con pacientes y enfermero·a·s en el hospital Massues de Lyon.

La Experiencia Fagor y la red europea de danza

AYOBAMI | Los participantes en <em>Re:INCARNATION</em>, del nigeriano Qudus Onikeku, coreografía que tras Lyon llega al Festival Grec de Barcelona
AYOBAMI | Los participantes en Re:INCARNATION, del nigeriano Qudus Onikeku, coreografía que tras Lyon llega al Festival Grec de Barcelona

Por su parte, la Bienal ha ido a buscar a jóvenes artistas en formación para organizar del 8 al 16 de junio la llamada Experiencia Fagor en las antiguas fabricas del mismo nombre. “Pedí a once creadores que fueran en búsqueda de la juventud de la metrópolis lionesa”, detalla Hervieu. “De aquí salieron creaciones con una dimensión muy horizontal. Partimos de los deseos y de la visión de futuro de estos jóvenes. Estas propuestas artísticas inéditas son fílmicas, narrativas, tecnológicas, corporales, interactivas y coreográficas”. El resultado son unas instalaciones que se mantendrán todos estos días y un fin de semana intensivo del 11 al 13 de acceso gratuito que contará con media docena de performances en estas grandes naves, que ya han servido en diversas ediciones de las Nuits Sonores de electrónica y en la última Bienal de Arte Contemporáneo de 2019.

En paralelo, del 8 al 11 tendrá lugar una nueva edición del Focus Danse, el foro internacional para profesionales de la danza. Se esperan 900 acreditados y, debido a las restricciones de este año, el encuentro se extiende a una plataforma digital donde se podrán seguir los espectáculos que se harán en las Subsistances, Les SUBS, y dialogar a distancia con los artistas. “Esto nos permite mantener nuestra misión en favor de la difusión de la danza con los programadores extranjeros”, apunta la organizadora. Un encuentro que se desdobla con el Focus Danse Europeo, una red que parte del Centro Coreográfico Nacional de Rillieux-la-Pape, en las afueras de Lyon, y la Maison de la Danse, que se beneficia del apoyo de instituciones y organismos franceses y al cual están asociados el Festival Grec de Barcelona, el Teatro de Lieja y el Teatro Municipal de Oporto. En Les SUBS, se podrán ver dieciséis espectáculos en cuatro días, entre ellos el solo Spiritual boy friends, de la catalana Núria Guiu, en que esta actúa en posición de yoga, un dron por encima e imágenes iconográficas de internet.

Las otras piezas coreográficas

JUAN GABRIEL SANZ | Las cinco bailarinas valencianas de la Cia. Maduixa, en la obra <em>Mulïer</em>
JUAN GABRIEL SANZ | Las cinco bailarinas valencianas de la Cia. Maduixa, en la obra Mulïer

Otro barcelonés de adopción, el valenciano Marcos Morau (La Veronal), ha recibido por su paerte el encargo de la directora del Ballet de la Ópera de Lyon, Julie Guibert, de imaginar un solo durante el confinamiento junto a otros cuatro coreógrafos bajo el título Danser encore (Bailar todavía). El solo de Morau se llama Love, y será interpretado en Les SUBS por el bailarín de la ópera Paul Vezin.

El intenso programa de la Bienal cuenta con otros nombres de prestigio como el griego Euripides Laskaridis (Elenit), el suizo Ioannis Mandafounis (Dancing in your head / One One One), la caboverdiana Marlène Montero Freitas (Mal / Embriaguez divina), los franceses Antoine Colnot, Anne Rehbinder & Amalia Dianor (Urgence), Flora Détraz (Muyte maker), Mathurin Bolze (Les Hauts plateaux), Olivier Dubois (Itmahrag; con bailarines egipcios), Yuval Pick (Vocabulary of need) y el recientemente desaparecido asimismo francés Ousmane Sy (Queen blood).

Otros espectáculos se añaden a la región y se representarán durante los meses de junio, septiembre y octubre en Saint-Étienne. Y, como preámbulo, las valencianas de la Cie. Maduixa, dirigidas por Joan Santacreu, son las responsables de las primeras funciones en el área metropolitana a finales de mayo con Mulïer, que reúne a cinco bailarinas sobre zancos explorando la identidad femenina.

El kilómetro cero pospandemia de la cultura en vivo en Lyon queda lanzado para los próximos meses. Y el otro director Dominique Delorme, con quien hablamos por teléfono el 19 de mayo, el mismo día de la reapertura de terrazas y espacios culturales en Francia tras seis meses y medio de cierre, nos decía esperanzado: “le decimos a la gente que puede retornar al vínculo social y tiene la posibilidad de reencontrarse, de no verse por videoconferencia sino de verdad, en una verdadera vida. Es esto lo que celebramos este año”.

 

 

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