El consenso por la Palma de Oro a Kore-eda no esconde un palmarés de pocos riesgos

VICENÇ BATALLA | El realizador Hirokazu Kore-eda, rodeado de la prensa japonesa después de recibir la Palma de Oro en Cannes
VICENÇ BATALLA | El realizador Hirokazu Kore-eda, rodeado de la prensa japonesa después de recibir la Palma de Oro en Cannes

VICENÇ BATALLA. La perseverancia tiene premio y esta es la de Hirokazu Kore-eda con su fino análisis de la sociedad japonesa a través de sus familias. O más bien de sus familias alternativas en la película ganadora de la Palma de Oro 2018, Shoplifters. Discreto y modesto, en la sala de prensa nos habló de cuando él también era niño. Kore-eda fue el realizador de consenso en un Festival de Cannes donde quizás no ha habido un filme indiscutible, pero sí otros asiáticos que se han quedado sin recompensa y planteaban más riesgo. A cambio, el jurado presidido por Cate Blanchett optó por un palmarés con mensaje social. Una oportunidad que la actriz Asia Argento entregando uno de los galardones no desaprovechó para denunciar la violación que sufrió en este mismo festival por parte de Harvey Weinstein. Y recordando que conocía otros que se encontraban entre el público. Silencio en la sala.

El ambiente de la ceremonia de entrega de premios quedó, evidentemente, marcado por esta intervención. Poco antes, la actriz australiana Blanchett había abierto con unas palabras recordando a los cineastas ausentes ruso Kirill Serebrennikov e iraní Jafar Panahi. La Palma de Oro, de todas maneras, no fue a parar a ninguno de los filmes de denuncia más directos de la competición. Si no más bien a la radiografía crítica aunque intimista de nuestras sociedades contemporáneas de Kore-eda. Shoplifters, que los franceses han traducido por Une affaire de famille (Un afer de familia) y que se ajusta quizás mejor al espíritu del filme. Afer se asocia tanto al hecho de que sus miembros cometen pequeños hurtos como a que se han tenido que crear sus propios vínculos no biológicos para no estar solos y desamparados.

“Se dice que soy un cineasta de la familia y me imagino que el premio que he recibido esta noche lo reforzará”, explicó Kore-eda cuando se halló ante los periodistas con la Palma de Oro entre sus manos. “Pero esto no quiere decir que no me guste intentar otras cosas. Mi visión de la familia evoluciona como lo hago yo. Cuando tenga sesenta, setenta años podré seguir haciendo filmes sobre la familia pero siempre diferentes”.

Comparado al fundador del cine japonés Yasujiro Ozu por su interés en reflejar la vida cotidiana de la gente que le rodea, el realizador de 55 años es el extremo opuesto del extrovertido Takeshi Kitano que tiene como especialidad la sublimación de la violencia. El objeto de estudio de Kore-eda es más microscópico. No necesariamente cerrado a su propio país. “No me fijo nunca en qué hay de japonés en mis películas. Pero, si se trata de experiencias personales, sí que hay cosas que se inspiran de mi propia historia. De cuando yo era pequeño y vivía en una casa donde no tenía habitación. Dormía en un rincón y, me acuerdo, de haber llevado allí mis tesoros y haberme hecho una idea de los adultos des ese pequeño rincón. ¡Aunque yo nunca robé en los supermercados!”.

Familia biológica o familia escogida

La familia de Shoplifters al completo
PRENSA CANES | La familia de Shoplifters al completo

El hecho de que consiga mostrar de forma tan natural el comportamiento de los adultos y, sobre todo, de los niños es una de sus claves. En esta película, una parte importante del trabajo delante de la cámara la asumen una niña de cinco años y un niño que a penas le dobla en edad. “Continuo haciendo audiciones, durante las cuales me encuentro con muchos niños y los escojo en función de las franjas de edad. Pero no les doy el guión, llegan al rodaje totalmente vírgenes. Soy yo mismo quien les hace la réplica a la oreja. Nunca tienen que preparar las escenas, no les encargo deberes. Espero que se hallen a gusto, que se diviertan actuando. En todo caso, es mi ambición”.

En cuanto a los adultos, la interpretación de Frankly Lily, Sakura Andô, Mayu Matsuoka y la ya habitual Kirin Kiki es impecable, de una gran justeza. Como el tono del filme. “La cuestión en el centro de la película es saber si los vínculos de sangre obligan a vivir en familia. Es una idea que me vino después de haber realizado ‘De tal padre, tal hijo’ (2013). La pregunta es si se puede ejercer de padres sin haber dado nacimiento a un hijo. Y tenía ganas de inscribirlo en una realidad contemporánea, de la juventud y la sociedad actual”.

Las Palmas de plata y bronce

VICENÇ BATALLA | pike Lee, con su Gran Premio en Cannes, contestando las preguntas de los periodistas
VICENÇ BATALLA | Spike Lee, con su Gran Premio en Cannes, contestando las preguntas de los periodistas

Shoplifters encabeza una lista de ganadores donde no están los frescos contemporáneos de China y Corea del Sur de Jia Zhang-ke y Lee Chang-dong. Y es una lástima porque el cuadro hubiera sido completo. Ash is purest white añade la ambición siempre presente en Zhang-ke de trascender en todos sus planos y cuenta con la presencia radiosa de su esposa y musa Zhao Tao que tampoco obtuvo galardón. Per su parte, Burning  es otro ejercicio de Chang-dong de hurgar en los deseos y los miedos del alma humana. En este caso entre adolescentes, con un triángulo amoroso que queda grabado en la memoria.

El Gran Premio, la Palma de Plata, se lo llevó el reaparecido norteamericano Spike Lee que en BlacKkKlansman relanza su lucha racial ahora encarada contra Donald Trump y los supremacistas blancos que nunca se han ido. La historia paralela entre el Ku Klux Klan y unas Black Panthers femeninas en el Estados Unidos de los años setenta resuena al Charlottesville de hoy del que se incluyen imágenes. Lee acudió a la sala de prensa con su gorra Blacka que no abandonó en todo el festival y reivindicando la “República Popular de Brooklyn de Nueva York”.

La Palma de Bronce, El Premio del Jurado, fue para el filme-mundo Capharnäum, de la libanesa Nadine Labaki. Acusado por una parte de la crítica de explotación indecente de la miseria de los inmigrantes en esta zona de paso que es Beirut, el juicio es injusto cuando se comprueba en pantalla el trabajo casi documental que ha hecho Labaki con los niños de origen sirio, norteafricano o subsahariano y que está inspirado en buena parte en sus propias experiencias. Uno de ellos, Zain Alrafeea, subió al escenario con la directora. Otro, la también refugiada siria Cedra Izam, estuvo en el recuerdo de la realizadora deseando que esta película sirva al menos para que las autoridades los lleguen a escolarizar.

Interpretaciones al límite

El rostro de la actriz kazaja Samal Yeslyamova, en su interpretación ansiógena de Ayka
PREMSA CANES | El rostro de la actriz kazaja Samal Yeslyamova, en su interpretación ansiógena de Ayka

En una línea parecida, la Mejor Interpretación Femenina la ganó la kazaja Samal Yeslyamova que durante una hora y tres cuartos es seguida con cámara subjetiva por el Moscú de los explotados por el realizador de la misma nacionalidad Sergey Dvortsevoy. En Ayka, casi no le vemos nunca el rostro completo aunque sentimos su sufrimiento de trabajadora clandestina.

La Mejor Interpretación Masculina la obtuvo el trabajo de cómplice y víctima de los elementos más violentos de la sociedad el italiano Marcello Fonte por Dogman, de Matteo Garrone. Tan realista y aparentemente frágil como en pantalla, Fonte no se atreve a calificar la película de ácida metáfora sobre la extrema derecha en el país como tampoco lo quiere hacer Garrone pero es imposible no extrapolarlo.

La académica Cold war le sirvió al polaco Pawel Pawlikowski para hacerse con el Premio a la Mejor Dirección. El blanco y negro de esta historia de la Guerra Fría entre Polonia y París emocionó a muchos, pese a que a nosotros nos dejó más bien fríos.

Un Premio al Mejor Guión compartido

VICENÇ BATALLA | La hija de Jafar Panahi, Solmaz, enseñando en la sala de prensa el Premio al Mejor Guión coescrito con Nader Saieivar
VICENÇ BATALLA | La hija de Jafar Panahi, Solmaz, enseñando en la sala de prensa el Premio al Mejor Guión coescrito con Nader Saieivar

El Premio al Mejor Guión se repartió entre otro largometraje italiano, Lazzaro felice de Alice Rohrwacher, y el iraní 3 faces de Jafar Panahi. En el primero, participa un Sergi López como vagabundo que forma otra familia no biológica en una periferia urbana. El filme es desigual y no siempre logra sus postulados de la inocencia no perdida, pero enlaza con todo un cine transalpino de personajes un poco fuera del tiempo.

El caso de Panahi es aparte porque, una vez más, no pudo venir a recoger su galardón como le está ocurriendo desde 2010 con otros festivales internacionales. Rueda sus películas de escondidas y, ahora que ya no está en arresto domiciliario, lo ha hecho en la zona del noroeste azerí-turco. Es otro largometraje referencial sobre la posibilidad de poder hacer cine o no, aunque le otorgue el mayor protagonismo a las mujeres de tres generaciones diferentes. Recogió el premio su hija Solmaz que vive en Francia, quien ante los periodistas tuvo un recuerdo para el mentor de su padre Abbas Kiarostami muerto hace escasamente dos años. Precisamente, hay quien retrae a Panahi servirse en 3 faces de demasiadas imágenes creadas por Kiarostami. Nosotros, al lado de este homenaje, vemos simultáneamente nuevas ideas.

Las circunstancias hacen que, veintiún años atrás, Kiarostami se alzara con la Palma de Oro por El sabor de las cerezas ex-aequo con el japonés Shohei Immamura con La anguila. El de Imamura había sido el último primer premio de un japonés antes del de la actual edición de Kore-eda. El año 1997 también fue en el que Asia Argento fue violada en Cannes por Harvey Weinstein. Lo denunció en octubre pasado en las páginas del New Yorker recordando que durante los cinco años siguientes se vio forzada a tener relaciones sexuales con el patrón de Miramax por miedo a que destruyera su carrera.

Asia Argento apunta con el dedo

“En 1997, fui violada por Harvey Weinstein, aquí mismo en Cannes”, dijo con rabia Argento antes de entregar el premio a la Mejor Interpretación Femenina. “Tenía 21 años. Este festival era su escondite. Deseo predecir una cosa: Harvey Weinstein no será nunca más bienvenido aquí. Es una desgracia”. Y continuó: “Entre algunos de vosotros, entre el público, hay a quien se le tendría que señalar con el dedo a causa de su comportamiento hacia las mujeres, un comportamiento indigno de esta industria, un comportamiento indigno de cualquier industria”. Y todavía añadió: “Vosotros sabéis quiénes sois, y más importante aun, nosotras sabemos quiénes sois. No permitiremos que viváis en la impunidad”.

Cincuenta años después de haberse anulado el Festival de Cannes en medio del Mayo del 68, las luchas siguen vigentes. Aquella anulación la provocó, entre otros, el realizador suizo Jean-Luc Godard. Presente en competición con el abstracto Le livre d’image, que no en persona como ya es habitual, el jurado le quiso conceder una Palma de Oro Especial recogida por sus productores. Feu el único galardón a un filme en lengua francesa. Eran cinco. Un hecho que tendría que hacer reflexionar sobre esta desproporción entre cantidad y calidad. El mundo del cine francés también debería hacer una autocrítica.

PALMARÉS OFICIAL Y OTRAS SECCIONES

Palma de OroShoplifters (Una afer de familia), del japonés Hirokazu Kore-eda (crítica en catalán)

Gran PremioBlacKkKlansman, del estadounidense Spike Lee

Premio del JuradoCapharnäum, de la libanesa Nadine Labaki

Mejor Director: Cold war, del polaco Pawel Pawlikowski

Mejor Guión: ex-aecquo Lazzaro felice, de la italiana Alice Rohrwacher, y 3 faces, del iraní (ausente) Jafar Panahi

Mejor Actriz: Samal Yeslyamova (kazaja) por Ayka, del kazajo Sergey Dvortsevoy

Meljor ActorMarcello Fonte (italiano) por Dogman, del italiano Matteo Garrone

Palma de Oro Especial: Jean-Luc Godard (ausente)

Un Certain Regard (sección paralela): Border, del iraní-danés Ali Abbasi

Mejor Cortometraje: All these creatures, del australiano Charles Williams (mención para An bian shao nian, del chino Wei Shujun)

Cámera de Oro (primera película en todas las secciones): Girl, del belga Lukas Dhont

Quincena de Realizadores: En liberté!, del francés Pierre Salvadori (Premio SACD) / Climax, del franco-argentino Gaspar Noé (Premio Arte y Ensayo-CICAE)

Semana de la Crítica: Diamantino, del portugués Gabriel Abrantes y el estadounidense Daniel Schmidt

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